Pedro Sánchez es un hombre que tiene concentradas las energías en si
mismo, fundamentalmente en el mundo social y laboral, debido a que su
principal característica es la vanidad. Esto le lleva a mostrarse como
una persona dada a la gente, pero no hará falta investigar mucho para
ver su tendencia a la intransigencia y a la obsesión.
Por ello,
aunque es conocedor de que la tenacidad le puede llevar a conseguir todo
lo que se proponga, su carácter apasionado y agresivo, en muchas
ocasiones le llevará a un estado de irritabilidad que no le será
beneficioso en la consecución de sus fines, ya que se mostrará impreciso
y fuera de lugar.
Aunque tiene presente la faceta familiar, los
separa del plano social y laboral, por ello, empleará todos los medios
que estén a su alcance para mejorar su estatus. De todas formas, tiene
la sensación de que la gran imagen que tiene de si mismo y su
personalidad combativa le llevarán al triunfo.
Quizá este
análisis sea el paradigma de como un flujo abundante de energía
concentrada en un único objetivo deriva en un carácter agresivo,
obsesivo y a la postre un cansancio prematuro, pues llega al punto de
aislarse de las nuevas corrientes que le puedan ser beneficiosas.
Susana Díaz es una mujer reservada a la que no le gusta mostrarse tal
y como es, causa por la que se refleja en ella la necesidad de apoyo
psicológico que respalde sus actos.
Por otro lado, la separación
del plano personal o familiar del profesional, se ve acentuada por su
capacidad de síntesis, por ello, es posible que haya hecho del entorno
laboral y social, un refugio en el que sentirse cómoda.
Pese a su
fuerte personalidad trata de no precipitarse, ya que tiende a meditar
sus acciones antes de llevarlas a cabo, prefiere ir sobre seguro,
tratando siempre de arriesgar lo menos posible, pero la búsqueda de este
estado de certeza puede convertirse en un foco de obsesiones
Es
importante considerar que junto a un carácter fuerte, su orgullo, es
otro de los puntos de irritabilidad que no debemos de obviar.
Desde
un punto de vista más íntimo destacamos que además de hacer gala de sus
creencias religiosas y añorar un pasado que para ella debió de ser
entrañable, en su firma se revela
un sentido estético, que bien podría ser utilizado en la política.
Patxi López es un hombre cuyos ideales sobrepasan sus esfuerzos, lo
que hace un perfil muy diferente al resto de las personalidades
analizadas.
Para empezar trata de mantener un enfoque equilibrado
de la vida, pues aunque no sea una característica muy conocida en él,
no deja que el entorno laboral y social le absorba la totalidad de su
ciclo vital, ya que tiene muy presente a la familia.
Esta es una
cualidad que puede ir en claro perjuicio de su vida pública, pues además
de su natural prudente, no parece emplear la energía necesaria, al no
estar en las mismas condiciones volitivas de sus competidores.
No
debemos olvidar que fue candidato a la secretaría general del PSOE, y
ese talante apacible y equilibrado no juega a su favor porque carece de
dotes de mando y de energía, siendo proclive a delegar funciones. Todo
ello, se puede resumir en apatía, falta de compromiso y por supuesto
falta de precisión en sus actos.
De todas formas, la sencillez extrapolada al mundo laboral, le hace incapaz de considerar
la posibilidad de disfrazar su persona para optar a un puesto de mando.
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