INTERVENCIÓN EN CASOS MEDIÁTICOS

jueves, 8 de junio de 2017

¿QUIEN ES QUIEN... EN EL PSOE?


 







 


Pedro Sánchez es un hombre que tiene concentradas las energías en si mismo, fundamentalmente en el mundo social y laboral, debido a que su principal característica es la vanidad. Esto le lleva a mostrarse como una persona dada a la gente, pero no hará falta investigar mucho para ver su tendencia a la intransigencia y a la obsesión.
Por ello, aunque es conocedor de que la tenacidad le puede llevar a conseguir todo lo que se proponga, su carácter apasionado y agresivo, en muchas ocasiones le llevará a un estado de irritabilidad que no le será beneficioso en la consecución de sus fines, ya que se mostrará impreciso y fuera de lugar.
Aunque tiene presente la faceta familiar, los separa del plano social y laboral, por ello, empleará todos los medios que estén a su alcance para mejorar su estatus. De todas formas, tiene la sensación de que la gran imagen que tiene de si mismo y su personalidad combativa le llevarán al triunfo.
Quizá este análisis sea el paradigma de como un flujo abundante de energía concentrada en un único objetivo deriva en un carácter agresivo, obsesivo y a la postre un cansancio prematuro, pues llega al punto de aislarse de las nuevas corrientes que le puedan ser beneficiosas.








 







Susana Díaz es una mujer reservada a la que no le gusta mostrarse tal y como es, causa por la que se refleja en ella la necesidad de apoyo psicológico que respalde sus actos.
Por otro lado, la separación del plano personal o familiar del profesional, se ve acentuada por su capacidad de síntesis, por ello, es posible que haya hecho del entorno laboral y social, un refugio en el que sentirse cómoda.
Pese a su fuerte personalidad trata de no precipitarse, ya que tiende a meditar sus acciones antes de llevarlas a cabo, prefiere ir sobre seguro, tratando siempre de arriesgar lo menos posible, pero la búsqueda de este estado de certeza puede convertirse en un foco de obsesiones
Es importante considerar que junto a un carácter fuerte, su orgullo, es otro de los puntos de irritabilidad que no debemos de obviar.
Desde un punto de vista más íntimo destacamos que además de hacer gala de sus creencias religiosas y añorar un pasado que para ella debió de ser entrañable, en su firma se revela
un sentido estético, que bien podría ser utilizado en la política. 










 







Patxi López es un hombre cuyos ideales sobrepasan sus esfuerzos, lo que hace un perfil muy diferente al resto de las personalidades analizadas.
Para empezar trata de mantener un enfoque equilibrado de la vida, pues aunque no sea una característica muy conocida en él, no deja que el entorno laboral y social le absorba la totalidad de su ciclo vital, ya que tiene muy presente a la familia.
Esta es una cualidad que puede ir en claro perjuicio de su vida pública, pues además de su natural prudente, no parece emplear la energía necesaria, al no estar en las mismas condiciones volitivas de sus competidores.
No debemos olvidar que fue candidato a la secretaría general del PSOE, y ese talante apacible y equilibrado no juega a su favor porque carece de dotes de mando y de energía, siendo proclive a delegar funciones. Todo ello, se puede resumir en apatía, falta de compromiso y por supuesto falta de precisión en sus actos.
De todas formas, la sencillez extrapolada al mundo laboral, le hace incapaz de considerar
la posibilidad de disfrazar su persona para optar a un puesto de mando.

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